Spiridon Louis (Marousi, Grecia, 12 de enero de 1873 – 26 de marzo de 1940) fue un corredor griego que ganó la medalla de oro en la maratón de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna en 1896. Louis, cuya preparación como deportista había sido muy limitada, venció a varios corredores de renombre internacional y al principal favorito griego Kharilaos Vasilakos, que había ganado la prueba de maratón en los Juegos Panhelénicos, convirtiéndose en un héroe nacional al obtener la única victoria griega en atletismo.
Spiridon Louis era un vendedor de agua ateniense (a finales del siglo XIX Atenas no contaba aún con sistema de agua potable) pero se recuerda en Grecia como un héroe nacional, ganó la medalla de oro en la maratón de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna en 1896. Louis, tuvo una preparación como deportista muy limitada, se había clasificado en quinta posición en la segunda carrera eliminatoria para los Juegos. Había sido seleccionado por el coronel Papadiamantopoulos, quien había sido su superior durante el servicio militar, para participar en el evento que se realizaba por primera vez. El 10 de abril de 1896, Spiridon Louis, que llevaba unos zapatos que le habían regalado los habitantes de su pueblo, salió de Maratón con otros dieciséis corredores, el principal favorito era Kharilaos Vasilakos que había ganado la prueba de maratón en los Juegos Panhelénicos.
En estos primeros Juegos Olímpcos los locales habían sido heridos en su orgullo durante todo el concurso atlético, ya que no habían ganado ni una sola prueba a pesar de creerse favoritos sólo por ser los descendientes de los antiguos atletas.
Durante la prueba las noticias que llegaban a través de los mensajeros, que seguían la carrera en bicicleta o a caballo, no eran nada halagüeñas, ya que tres de los cuatro extranjeros que participaban lideraban la carrera. La última noticia recibida por los 100.000 espectadores que abarrotaban el estadio fue que el australiano Flack marchaba solo en cabeza en los aledaños del estadio, por lo que la desilusión fue generalizada.
Pero, para la sorpresa y jolgorio de todos los asistentes al estadio Panatenáico, el rumor de que un corredor local se había puesto en cabeza cobraba fuerza y se confirmó cuando un local de la cercana Maroussi, que no era ninguno de los favoritos helenos, se vistió de Filípides y se llevó la carrera y la primera y única victoria griega en atletismo en la primera edición. Posteriormente, se supo que los tres corredores foráneos habían desfallecido por falta de fuerzas y que Spiridón había sabido reservarse.
Spiridon Louis ganó la carrera con más de siete minutos de ventaja sobre su compatriota favorito, con un tiempo de 2h58’50 en una distancia de 4okm. Venció a varios corredores de renombre internacional convirtiéndose en un héroe nacional al obtener la única victoria griega en atletismo.
La sorprendente victoria, que salvaba el orgullo patrio, convirtió al humile ateniense en toda una personalidad nacional. Hoy se dice de él que fue el atleta amateur mejor pagado de la historia, ya que tras su coronación, y a pesar de no volver a competir, se vio colmado de atenciones, regalos y hasta las tiendas y peluquerías le concedieron sus servicios gratuitos para toda la vida. Curiosamente, la leyenda también dice que no aceptó ninguna de esas ofrendas, a excepción de una mula y un carro, que necesitaba para poder llevar agua a su pueblo.
El reconocimiento del movimiento olímpico le fué ofrecido 40 años después, cuando en los Juegos Olímpicos de Berlín fue nombrado Presidente de Honor. Y cuatro más tarde, en 1940, Spiridón falleció. Pero su mito se mantuvo, sobre todo en su Grecia natal, que cuando en 2004 volvió a albergar una edición olímpica bautizó el nuevo estadio olímpico con su nombre.
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